jueves, 13 de mayo de 2010

Paloma González, "El proyecto de las morras: la gestación de una resistencia"

Paloma González es una joven escritora hermosillense-ensenadense que participó en la primera etapa de El Proyecto de las Morras que se llevó a cabo en 2008. Nos envió este texto que produjo para uno de sus cursos de Sociologia o Comunicación en la UABC. Al final publicamos también los correos donde lo comentamos.

¡Gracias Paloma!


Ensenada, B. C., 26 de noviembre de 2009.


EL CENTRO DE REHABILITACIÓN COMO PRISIÓN

El Mezón es un centro de rehabilitación para mujeres, ubicado en la Colonia Francisco Villa, en la ciudad de Tijuana. La edad de las internas oscila entre los dieciseis y los sesenta años; las razones por las que se encuentran en el centro son problemas de adicción y/o conducta vandálica. No existe un número determinado de internas, es más bien una población flotante: unas entran y salen pronto, otras son ingresadas y permanecen años dentro; sin embargo, podría decirse que, aproximadamente, se cuenta con sesenta internas.

Un noventa por ciento de las mujeres han sido ingresadas por familiares en contra de su voluntad, lo cual puede sonar desfavorecedor aunque hay quien sostiene que, en el campo de las adicciones, “un tratamiento no necesarita ser voluntario para ser efectivo” (Goldstein, 2003). Al mismo tiempo, casi todas las internas han sido maltratadas e incluso explotadas por sus parejas, lo cual nos lleva a inferir que a ese casi todas la figura masculina les remite al poder, al dominio y, de alguna manera u otra, a la violencia.

Retomando el aspecto de las familias, existen casos donde ésta, al intentar imponer conductas socialmente legitimizadas a dichas mujeres, aplican el modelo de la lepra (Deleuze, 1987), el cual consiste en exiliar al individuo que rompe las reglas. En este caso, se exilia a esa integrante de la familia, de conducta reproblable o con problemas de adicción, en el centro de rehabilitación, aun en contra de su voluntad.

El Mezón parte de la misma idea que una prisión donde, parafraseando a Foucault, el poder disciplinario en vez de retirar o desechar al individuo que rompe las leyes, persigue enderezar su conducta. Es decir, la disciplina fabrica individuos, mediante la aplicación de dispositivos como la inspeción jerárquica, la vigilancia, y la sanción normalizadora (Foucault, 2005).

Las medidas anteriores implican la idea de una violencia simbólica. Las internas son vigiladas permanentemente sin acceso a la privacidad, además de que se intenta homogeneizarlas incluso físicamente por medio de uniforme (pants azul marino) y el requerimiento de un peinado idéntico (el cabello recogido con gel, a modo de chongo), por tanto, se les priva de la elección, de las preferencias, de su identidad como individuos, lo cual desencadena en una producción de identidad y una serialización de acciones.

El centro, por su parte, basa su funcionamiento en el modelo de la peste, el cual controla la ciudad enferma (las instalaciones físicas de El Mezón) hasta el más mínimo detalle, por medio de la vigilancia y el castigo cuando alguna regla es quebrantada. Además, establece patrones disciplinarios (actividades programadas, se ocupa del cuidado físico y en ocasiones psicológico de las internas, las reglas para dirigirse a los superiores o entre ellas mismas, formar una fila a la hora de trasladarse a un área distinta de en la que se encuentran, entre otros).

Es posible distinguir la autoridad ejercida, una relación de poder por parte de las familias y también del centro hacia las internas, entendiendo al poder como la “capacidad que tienen los individuos o grupos de hacer que cuenten sus propios intereses o preocupaciones, incluso si otros se resisten a ello” (Giddens, 2002).

En Vigilar y castigar, Foucault plantea estas características como las de una prisión y, además, considera que la disciplina fabrica individuos, lo cual se cubrió anteriormente, al describir la homogeneización, la vigilancia, el castigo y la creación de patrones disciplinarios. La disciplina sólo es posible mediante la evaluación y regulación de una mirada.

EL PROYECTO DE LAS MORRAS

El proyecto de las morras es una intervención planeada por el colectivo binacional y feminista de escritoras, artistas y teóricas La línea, sus integrantes son: Abril Castro, Esmeralda Ceballos, Lorena Mancilla, Margarita Valencia, Miriam García y Kara Lynch.

El colectivo existe desde el 2002 y su trabajo en El Mezón es un intento por compartir la experiencia de la literatura, “crear un espacio de confianza y acompañamiento donde se dinamice un diálogo” entre los talleristas y las internas a partir de la escritura como una exploración del imaginario personal. El objetivo es dar un espacio a estas mujeres para “expresarse, explorar e inventar mundos posibles”.

El proyecto se construye tentativamente en catorce sesiones (en su primer período), donde se realizan lecturas, ejercicios de escritura y revisión de textos creados por las internas, quienes se intenta “conozcan la escritura como su propio territorio de imaginación”.

El hecho de que se utilice en el párrafo anterior la palabra “tentativamente” se debe a que el proyecto lucha por sobrevivir a esas catorce sesiones y multiplicarlas con la autorización de los directivos del centro de rehabilitación.

El espacio del taller en esta etapa fue de dos horas, todos los sábados, del 20 de septiembre al 20 de diciembre de 2008. Las sesiones fueron impartidas en el área del gimnasio del Mezón.

Se tuvieron en algunas sesiones escritores invitados: Olimpia Ramírez, Carlos Sánchez, Roberto Castillo Udiarte y, quien esto escribe, Paloma González.

El proyecto de las morras fue presentado dentro del programa Proyecto Cívico: Diálogos e interrogantes, el sábado 6 de diciembre de 2008 en el CECUT, en la ciudad de Tijuana. Posteriormente, en octubre de 2009, le fue otorgado el apoyo económico para que se le diera seguimiento, por el PACMYC.

LA MEZCLA: DOMINACIÓN Y DISCURSO OCULTO

James C. Scott, en su libro Los dominados y el arte de la resistencia, propone la existencia de dos tipos de discurso: el público y el oculto. El primero (ubicando a ambos sólo en la persona dominada) puede ser mostrado ante la figura de poder dominante, en presencia de la cual el individuo dominado se comporta sumiso y obediente; en el segundo se critica a la figura dominante a sus espaldas, se dice todo lo que es imposible ante él, pues externarlo implicaría un castigo.

Para que el discurso oculto se dé es necesaria la comunicación entre varios dominados que compartan mismas o similares condiciones, además de un espacio social donde no sean vigilados. El proyecto de las morras facilita dicho escenario. Las internas comparten las características de la rehabilitación, la violencia simbólica, la homogeneización, del castigo, y no son vigiladas tan de cerca durante las sesiones, mismas que funcionarían como espacio social.

Las élites superiores deciden de qué manera y con qué fin se deben reunir los subordinados (Scott, 2000), en este caso el taller sería la reunión, las internas los subordinados y las élites superiores los directivos del centro. Para ilustrar mejor el paralelismo de la idea de Scott y una parte del proceso del taller, habrá que decir que el funcionamiento de El proyecto de las morras tuvo que ser analizado, modificado y autorizado por los directivos, especificando áreas, horarios, a los cuales se atendrían las mujeres y una asistencia no obligatoria.

Por otra parte, según Scott, para que los dominados legitimen la subordinación es menester cubrir dos condiciones:

1) La probabilidad de que los subordinados terminen ocupando posiciones de poder. El cual se cubre en el Mezón ya que varias de las internas, luego de un tiempo y porque no tienen a dónde ir ni quien decida recogerlas, terminan siendo empleadas del centro.

2) Que los subordinados estén más o menos atomizados y bajo estrecha vigilancia. Las morras son vigiladas el día entero por el personal del Mezón, y mientras están en la primera etapa, de detox (desintoxicación), se encuentran aisladas. Dice Foucault que la soledad es la condición básica de la sumisión total, y este es el caso.

Para el nacimiento del discurso oculto es preciso:

• Enunciar un espacio social apartado del central, de la vigilancia y la represión. El taller ofrece ese alejamiento, se da en un espacio físico donde no hay empleados fijos en ese momento (el gimnasio) y no hay quien vigile permanentemente además de los talleristas, quienes permiten a las morras los comentarios que deseen hacer y las palabras que escojan escribir.

• Que esté integrado por confidentes cercanos con experiencias similares de dominación. Todas las que asisten al taller son pacientes del centro, que comparten el mismo contexto. Unas han estado ahí más tiempo que otras, pero indudablemente todas están sujetas a una misma problemática.

LA GESTACIÓN

El discurso oculto al que da lugar El proyecto de las morras son los textos que producen, la escritura es su salida de emergencia, su arma para defender lo que piensan o sienten sin que ello implique un enfrentamiento cara a cara o de índole violenta con la autoridad. El rumor y los cuentos no son acciones directas, ni afirman explícitamente su intención, y constituyen por lo tanto también una adecuada estrategia simbólica para los oprimidos que no tienen derechos políticos. (Scott, 2000)

Los ingredientes para el nacimiento de una resistencia están allí: el discurso oculto, el espacio social, la interacción libre (dentro de las sesiones de taller) entre los dominados, el intercambio de ideas y experiencias, de inconformidades, de consciencia de la injusticia (el encierro involuntario, la falta de privacidad), la aceptación y reconocimiento de la diferencia individual, es decir, de la identidad individual a la que se tiene derecho. El proyecto de las morras ha ayudado a que la inconformidad tenga un cauce, saber qué hacer con ella, un producto.


FUENTES

DELEUZE, G (1987). Foucault. Barcelona, España: Paidós.

FOUCAULT, M (2005). Vigilar y castigar, Nacimiento de las prisiones. México, D.F.: siglo veintiuno editores.

GIDDENs, A. (2002). Sociología. España: Alianza.

GOLDSTEIN, A. (2003). Adicción. de la biología a la política de drogas. España: Ars Medica.

INTERDISCIPLINARIO LA LÍNEA, (s/f). “Proyecto cívico. Diálogos e interrogantes. Zona franca. El proyecto de las morras”. Consultado en Noviembre 22, 2009, de Replicante. http://www.revistareplicante.com/18/index.php?sk=art&nm=219

_____. El proyecto de las morras, Presentación. Consultado en Noviembre 15, 2009, tomado de El proyecto de las morras, página web: http://elproyectodelasmorras.blogspot.com/search?updated-min=2008-01-01T00%3A00%3A00-08%3A00&updated-max=2009-01-01T00%3A00%3A00-08%3A00&max-results=32

SCOTT, J (2000). Los dominados y el arte de la resistencia. México, D.F.: ERA.

 
 
CORREOS

De: Paloma González
Para: El proyecto de las morras
3 de mayo de 2010

Hola,

espero que todas anden bien, hace rato ya que no las veo. Escribo porque le había comentado a la Lore que el semestre pasado hice un trabajo sobre su proyecto para una clase, tomé teoría de Foucault y de Scott, la apliqué quién sabe si correctamente... ya saben, cosas académicas. No sé si les sirva de algo tenerlo, pero creo que es tan suyo y de las morras, como mío. Entonces, ahí está.

Un abrazo.


Para: Paloma
De: Miriam
4 de mayo de 2010

Paloma:

Ya lo leí, me parece importante compartirlo en blog del proyecto.
¿Te parece?

¿Qué licenciatura estudias en la UABC? ¿Para qué curso elaboraste el documento?

Creo que la propuesta de Foucault es totalmente pertinente para analizar las prácticas del poder en El Mezón. Esto de la peste me parece muy duro, pero así son las cosas. Sin embargo, también creo que es importante considerar que algunas de ellas van por su voluntad a internarse, así como considerar cual es la función del “Programa de los 12 Pasos” alrededor del cual gira la "rehabilitación". También tomar en cuenta la presencia de otros agentes, como son los otros grupos que además de La Línea ofrecen algún servicio en el centro, los grupos de oración católico, cristiano, mormón, entre otros, y los grupos de psicólogas, médicos, estudiantes que hacen prácticas para alguna universidad, ong's de salud, etc. ¿Qué papel juegan bajo este marco de análisis? Y seguro también algo sobre la microfísica del poder vendría bien.

En la segunda sesión de esta nueva etapa 2010, Lore dijo algo maravilloso que me hizo cambiar la perspectiva sobre el proyecto. Si bien en un principio encontramos que “morras” era una categoría incluyente, donde estábamos representadas las mujeres de El Mezón y las mujeres de La Línea, una condición fundamental que revela la necesidad de adecuar nuestro programa de trabajo es que ellas y nosotras somos en primer lugar individuos, tupidos de particularidades, Y que no son un grupo, no uno construido por "afinidades electivas", sino resultado del encierro y del poder practicado en su interior. Entonces, este concepto de morras como lo entendíamos en un inicio, ya no es, sino que esto de morras es una construcción nuestra. Y como plantea Castells, los grupos son quienes dicen ser no sólo en sus palabras, sino y sobre todo, a través de sus prácticas discursivas. Tal vez, en 2008, luego del taller y sus meses, se formó un grupo. Esto de la formación, es otro proceso interesantísimo que tiene que ver con la identidad y la cultura política, lo plantea de una forma muy clara E.P. Thompson, el historiador inglés.

El ENCIERRO es otro tema, el físico... o el establecido por cada una... un muro, un límite, una pared, una puerta, una habitación, un cuerpo, una voz que se niega a decir, unos ojos que permanecen cerrados, una conciencia que no permite ventanas o puertas... una prisión.. Un análisis necesario.

Otras ideas están aquí pendientes. Muchas gracias por tu texto.

Miriam


Para: Miriam
De: Paloma González
9 de mayo de 2010

De acuerdo con todo.

Si quieren subirlo al blog perfecto, lo que quieran hacer con el texto me parece bien. Te digo, es igual de suyo.

Estudio dos licenciaturas: en Ciencias de la Comunicación, y en Sociología. El paper era para una materia que se llama Introducción al campo y a la problemática sociológicas. …

Un abrazo. Ojalá coincidamos pronto. Y suerte.
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